Magia Antigua

El culto de los mártires ya se venía practicando desde finales del siglo II siendo aceptado por la Iglesia. Pero fue tras las grandes persecuciones y la paz otorgada por Constantino lo que le daría una gran relevancia en la vida social y religiosa...

Gracias al submundo clerical de la Edad Media la Nigromancia adquirió un florecimiento insólito que marcaría el futuro de la Goethia.

En el siglo XII florece un nuevo saber enraizado en la filosofía y la ciencia antigua. Gracias a las traducciones de los tratados árabes llega a Occidente...

En el artículo anterior "El origen de Lilith" vimos los orí­genes de la figura mitológica de Lilith como "lilitu". En el siguiente artículo exploraremos su reflejo en la sociedad hebrea.

La mística siempre fue una buena opción para aquellos espíritus que querían ensanchar su mundo. Muchas mujeres escogieron el camino místico para evitar caer en el modelo de vida restrictivo que imponía la sociedad. La espiritualidad, la mística y el amor eran puertas hacia la libertad personal. Libertad que a lo largo de la historia tanto se le ha negado a la mujer.

La figura de la lamia o súcubo es prácticamente universal. Lilith es uno de esos personajes que tanto juego han dado al imaginario colectivo. Pero habría que diferenciar entre sus raíces, su formación y su consolidación por parte de unos y de otros.

Para empezar analizaremos su origen sumerio en consonancia con las creencias locales.

Por ti llevaré el vino, por ti beberé el vino, por ti lanzaré el grito: ¡Sabaoi!

El Awen es un nombre femenino, traducido diversamente por musa, genio, inspiración, furor poético y frenesí poético. Está compuesto de dos palabras: aw, que significa fluido, y en, que significa espíritu. Así pues, literalmente Awen es el espíritu fluido.
El concepto de Awen es fascinante. Se puede encontrar en la poesía medieval de los bardos galeses; en la historia de Taliesin, un niño llamado Gwion Bach, Pequeño Inocente, bebe sin darse cuenta tres gotas de un brebaje de inspiración (Awen) preparado por la diosa Ceridwen. Gracias a esas gotas mágicas se le conceden tres dones: la poesía, la profecía y el cambio de forma. Estos dones definen las tres áreas de la práctica druida; poesía para los bardos, profecía para los vates y cambio de forma para los druidas.

A diferencia de otras religiones con instituciones jerarquizadas y organizadas en torno al patriarcado, la religión egipcia permitió que las mujeres participaran activamente en la vida religiosa y mágica.