Los Comentarios al Libro de la Ley

escrito por Aleister Crowley

traducción y notas al pie por Yemeth
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2.8.- Quien adoró a Heru-pa-kraath me ha adorado a mí; mal, pues yo soy el que adora.

Antiguo Comentario

Él es simbolizado por Harpócrates, niño coronado sobre el loto cuya sombra se llama Silencio.
Sin embargo, Su Silencio es el Acto de Adoración; no la muda insensibilidad del cielo hacia el hombre, sino el ritual supremo, el Silencio del Orgasmo supremo, el aquietamiento de todas las Voces en el éxtasis perfecto.

Nuevo Comentario

Harpócrates es también el Alma-Enana, el Yo Secreto de todo hombre, la Serpiente con la Cabeza de León. Ahora Hadit conoce a Nuit en virtud de su "Ir" o "Amor". Por lo tanto, es incorrecto adorar a Hadit; uno debe ser Hadit, y adorarla a Ella. Esto queda claro incluso en Su instrucción "Para adorarme" en el verso 22 de este capítulo. Consulta el Cap.I, v.9. Se nos exhorta a ofrecernos a Nuit, peregrinos a todos Sus templos. Es mala Magia(k) admitir que uno es otra cosa que su Yo más íntimo. Hay que sumergirse apasionadamente en todas las experiencias posibles; al hacerlo, purgamos esos prejuicios personales que tomamos tan estúpidamente como propios, aunque nos impidan realizar nuestras verdaderas Voluntades y conocer nuestros Nombres y Naturalezas. El Aspirante debe comprender bien que no es una paradoja decir que la Aniquilación del Ego en el Abismo es la condición para emancipar el verdadero Ser y elevarlo a alturas inimaginables. Mientras uno permanezca "uno mismo", se verá abrumado por el Universo; destruye el sentido del yo, y todo acontecimiento será por igual una expresión de la Voluntad propia, ya que su ocurrencia es el resultado del concurso de las fuerzas que uno reconoce como propias.
Notas al pie


1 - N.del E.: Cuando en el devenir por el sendero iniciático se ha limpiado lo suficiente el inconsciente, la Voluntad más interna de uno encuentra vía libre para manifestarse. Harpócrates se encuentra en nuestras profundidades, y lo encarnamos mediante ese silencio de todo lo que no sea el Yo más íntimo.